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En 2014, en la reserva de Kruger, Sudáfrica, llevaba varios días escuchando rugidos por las noches y no había sido posible ver ni un solo león en libertad, cuando la misión en el safari era ver con mis propios ojos a los impactantes Big Five: El elefante, el rinoceronte, el leopardo, el búfalo y el león. 

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En la mañana del 5to día, poco antes de irme, encuadrado por un amanecer espectacular, fotografié a pocos metros a una increíble manada de leones, y en medio de esa adrenalina puedo decir que ese clic fue el parteaguas de mi inicio como fotógrafo.

 

A partir de ese entonces, mi cámara me ha acompañado prácticamente a cualquier lugar, y si bien algunos paisajes y animales te dejan sin palabras, nada se compara con lo que transmitimos los seres humanos. Esta es la razón por la cual inicié la aventura de fotografiar momentos íntimos, decisivos en la vida de las personas, bodas, bautizos, retratos, porque es ahí cuando irradiamos sentimientos intensos: amor, alegría, melancolía, esperanza, felicidad, amistad etc y reflejamos la verdadera esencia del espíritu humano.

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La fotografía es mi mayor pasión y el gran valor que he encontrado es dejarme sorprender por los pequeños detalles y dejar mi juicio a un lado, para captar la esencia, la autenticidad y todos los sentimientos que experimentan las personas, para que un segundo en el tiempo, se quede congelado como un recuerdo irrepetible y trascendental en la historia.